miércoles, 15 de julio de 2009

Diálogo para monologuistas

La oposición viene pidiendo diálogo por lo menos desde que comenzó la guerra anti k, sobre todo, después de que la oligarquía campestre decidió imponer sus intereses en 2008 y dividió el país, básicamente, en dos bandos. En su momento, Lilita Carrió adujo que tendría que haber habido diálogo antes de la estatización de Aerolíneas y antes de la resolución 125, ambos temas, tratados en el Parlamento. Pero hoy parece que a muchos no hay p… que les venga bien. Diálogo hoy es sinónimo de “concedeme ya lo que te pido yo, primero a mí, y sin presencia de otros”. Supongo que todos queremos consenso (otra palabra de moda después de "diálogo"); y todos queremos democracia (bah, yo quiero). Pero cuanto más se asimila al kirchnerismo con el chavismo, más se juega con el intento de colocar al gobierno como dictatorial. Ahora bien: el gobierno abre el juego de diálogo a pedido, pero salen todos los chicos a buscar la pelota y no juegan con otra más que con la suya. Los monólogos internos quieren imponerse sin escuchar otras voces, sí, como los chicos: “¡quiero helado, quiero helado, quiero helado!”. Entonces, algunos aceptan dialogar pero no, si se tratan sólo temas políticos. Se propone entonces tratar temas económicos. Pero Pino Solanas dice: “ah, pero YO también quiero hablar de eso, no solamente que lo hablen los economistas”. Ni se puede empezar a acordar, empezar a hablar de algo porque “ese tema no me gusta”, porque "está tal que no me gusta", porque "a mí no me llamaron en persona", porque... ¿Por algo se empieza? No, porque cada uno quiere –desde el principio- imponer sus temas con sus condiciones. ¿Diálogo dijeron? El radicalismo había dicho que no iba a participar porque “no los habían convocado”. Ahora, cuando el gobierno los convoca a ellos solitos como primera fuerza para hablar, resulta que su aliada, Lilita, después de las dos semanas de vacaciones que se tomó luego de las elecciones, dice que los diálogos se dan en el Parlamento. ¿No era que había dicho que quería haber podido dialogar antes de la votación de la estatización de Aerolíneas y de la votación de la resolución 125? ¿Qué diálogo quiere si ahora ni empieza? Esta clarísimo: Lilita no quiere dialogar ni adentro ni afuera del Parlamento. No va a aceptar nada. Quiere imponer su personalismo, aún a costa de su propio partido. ¿Diálogo? ¿Yo dije diálogo? Pero además: ¿fue aquella votación en contra de la 125 también algo “dictatorial” de parte del gobierno, cuando se respetaron las reglas del Parlamento y el kirchnerismo perdió esa votación y aceptó la derrota? ¿Por qué cuando los K hablan son tiranos y cuando Carrió habla son simples exabruptos? ¿Hay algo más tirano que la frase que dijo Elisa Carrió: “el silencio es salud”? Durante la dictadura militar, cuando se empezó a difundir en el exterior lo que estaba pasando en Argentina, la dictadura empezó una gran campaña para ocultar las tremendas violaciones que se estaban llevando a cabo en contra de los derechos humanos. Y no solamente apeló -paradójicamente- al “somos derechos y humanos”, también se aprovechó de un slogan que había en el obelisco, que decía “el silencio es salud”, cuyo objetivo era -supuestamente- evitar el ruido del tránsito, pero que se convirtió en una canción de cancha para callar al equipo contrario y que en realidad, finalmente (como tantas otras veces, el fútbol jugó a favor de la dictadura), la frase “el silencio es salud”, sirvió al gobierno militar para acallar a la población. Shhhhh. Esa imagen de la enfermera con el gesto de silenciar al que la mira se convirtió en algo atemorizante por esos días. Volviendo al hoy... tampoco parecen dialoguistas los medidas de fuerza tomadas en las rutas en 2008 y las tiradas de huevos en 2009, por sólo nombrar algunos de los "exabruptos" de la oligarquía del campo, que ahora resulta que exclama que la proscriben cuando todavía ni se sentó a hablar. Cada uno quiere un diálogo “exclusivo” sobre sus temas “exclusivos” con sus tiempos "exclusivo" y en su lugar "exclusivo". Eso no es diálogo. Eso es: voy y te digo todo lo que tenés que hacer como yo quiero, cuando yo quiero, sin más fuerzas que la mía, y todo lo que vos digas (que sos gobierno) no sirve, nada de eso. Nada. Nada nada bueno hizo el gobierno. Ni una sola cosa. Hasta muchos quieren promover la idea de que estamos peor que en el 2001. Pero a veces pienso que muchos en realidad lo que quieren es simplemente poder viajar todo el tiempo adónde se les cante, y si el país se va a la mierda y se llena de excluidos, no es problema de ellos, como en la década pasada. Porque muchos están demandando medidas super dialoguistas y democráticas que fácilmente (y ya sabemos de eso con la última dictadura, el '89 de Alfonsín, los '90 de Menem y el 2001 de Cavallo) podrían llevar a ítems que funden a un país:
-Devaluar.
-Terminar el mandato de la presidenta antes de tiempo.
-Privatizar todo lo posible.
-Aumentar la tarifa de todos los servicios.
-Inflación descontrolada.
-La Iglesia bajando línea al poder.
-Despedir gente a mansalva.
-Recortar sueldos.
-Llenar la ciudad de cámaras hasta en el baño y recortar libertades y derechos individuales persiguiendo indigentes para que las calles se vean limpitas y con gente linda.
Orlando Barone dice hoy en su blog: “A pesar de todas estas variaciones y estilos hay diálogos imposibles. Por ejemplo el de Menotti y Bilardo. O el de Mirtha Legrand y un invitado inteligente. O el de Gualeguaychú y Botnia, o el de los Derechos humanos y la señora Cecilia de Pando. Tampoco pueden dialogar el ingeniero Blumberg y el garantismo, ni la nueva ley de radiodifusión y el grupo Clarín, Moria Casán y la finura, y el rabino Bergman y la prudencia (…) Son inimaginables el diálogo de la verdad con la mentira, el del Riachuelo con la pureza, el de los impuestos y la riqueza, el del infundio con la honra. Y el de Guillermo Moreno con los precios, el de la soja y el ecosistema, el de la letra K con el abecedario agrario, el de la denuncia y la prueba y el de la justicia y los justicieros. Finalmente una pregunta: ¿Podrán dialogar los argentinos entre sí, sin barbijo ni aprensión por intercambiar ideas opuestas? El diálogo más imposible es el que más se usa: es el del que dialoga con el que no dialoga. Los argentinos de mejor diálogo son los que están enterrados. No se hablan ni se escuchan.”
Quizá el diálogo que algunos piden sea el que propone Capusoto en su irónico y excelente periodístico "Hasta cuando", donde un supuesto oyente dice: "En un país en serio se fusila, como Franco, en España fusiló y terminó con la falta de diálogo".

2 comentarios:

Nunca Es Mucho dijo...

gracias F por el comentario. el tuyo es mas para la lectura tranquila asi que ya le dare tiempo de hacerlo. beso.H

La Cámpora Comuna 10 dijo...

Compañeros, estamos recorriendo blogs. Con respecto al tema Indec hemos elaborado unos cuadernillos de formación para responder a todas las injurias que se le atribuyen. Estamos a disposicion. saludos