miércoles, 13 de febrero de 2013

To be or not to be piola

Hoy leí una nota de María Julia Oliván llamada “Ella o vos”: ¿estamos cansados de la división?, y noto que escribe muy bien y que dice las cosas de manera exageradamente correcta. Nótese que digo "exageradamente", lo cual convierte al resultado, al menos para mí, en algo más bien "incorrecto". Y lo sostengo así, aunque la “izquierda progre neoliberal” se sienta re feliz con una nota como ésta, o “representada” por alguien tan piola como María Julia Oliván. Pero, desde mi punto de vista, la derecha argentina también debe sentirse re feliz si lee una nota así, porque tanto para unos como para otros (y claramente para la Oliván), es SIEMPRE este gobierno el que genera la división. Parece que se le ocurrió escribir su texto a raíz de la solicitada de De Narváez, solicitada que ella aclara que también genera división, pero… claro… no fue él quien tiró la primera piedra, sino que es un efecto secundario de la división que siempre genera este gobierno. Qué desilusión: al final, lo que dice ella es igual a lo que me dijo hace poco una persona cercana: que el otro día a Axel Kicillof  le gritaron “judío de mierda” y “zurdo” en el Buquebús y que lo invitaron a tirarse al medio del río con hijos pequeños y todo, no de sacados que son nomás, sino porque “la violencia genera violencia”. Ajá, piensa uno, eso debe ser como la chica que va en minifalda por la calle y es violada... y entonces uno se pregunta: ¿de quién es la culpa? Y uno se debe responder: de ella, por supuesto. Ahora bien: la Oliván dedica toda la nota a ¿lo intensa que es la Presidenta y que por eso estamos como estamos? Digo yo: ¿no será más bien que la Presidenta es aguerrida y que no acepta un “no” como respuesta? ¿Qué más queremos que una Presidenta que no tema meterse con una enorme cantidad de conflictos que NADIE resolvió, que la mayoría eludió, o a los que nadie se les animó? Porque la deuda venía de décadas de historia e iba a seguir así y peor, pero durante este gobierno Argentina renegoció la deuda externa y el desendeudamiento con el FMI. Las estatizaciones –que para María Julia son deficientes o no tuvieron los resultados esperados- son consecuencia de la política privatista de los ’90 (hace más de 10 años) y si seguíamos así ni caminar por la calle íbamos a poder sin pagar,  pero desde 2003 se decidió no seguir tranzando con todos. Hablamos de Aerolíneas, de YPF, de los fondos de las AFJP, de Aysa... ¿Y de derechos humanos mucho no habla María Julia, no? Capaz sería bueno nombrar el tema, al menos. ¡Porque los juicios son en base a hechos de los ‘70! ¡Y durante todos estos años en nuestro país se proponían cosas tan hirientes como “pacificación” y “reconociliación”! En pocas palabras: ¡encubrimiento de los asesinos! Pero la Argentina de Néstor y Cristina dio un giro jugado hasta convertirnos hoy en líderes mundiales respecto de los enjuiciamientos a genocidas. La causa AMIA tiene como 20 años y nadie hizo nada o lo hicieron mal. Pero si la Presidenta se mete con estos temas para dar una respuesta, o al menos, para empezar a encarar el problema, eso de por sí no sirve, y chau. Y si sirve no está bien porque “el gobierno genera división”. Pero, ¿a ver si se entiende?, este gobierno propone modificaciones, en gran parte, a favor (no en contra) de los argentinos, algunas más drásticas, otras más suaves, algunas de a poco y, otras, como se pueda. Y se empiezan a concretar después de años en los que no se hizo nada o se fue para atrás. Pero en cuanto se está empezando, entonces se pide más y más, a tal punto que deja de importar el cambio y las posibles mejorías, para enfocarse en lo que falta o en lo que la propuesta no incluye. Sólo importa criticar, con o sin fundamentos. Ni la Asignación Universal por Hijo, ni una computadora por alumno, ni el matrimonio igualitario, ni la Ley de Transgénero, ni la Ley de Medios ni la defensa de la industria nacional… Son muchas cosas… Pero parecería que no existieran. Lo importante es la crítica de lo que falta… Porque, en definitiva: “el gobierno es el que genera el conflicto”. Ahora bien, yo lo que no entiendo es cómo alguien que empieza a dar respuestas ¿es una persona demasiado intensa y confrontativa? Señores: los grandes cambios en la historia no se hicieron respirando y excluyendo al distinto de mi comodidad individualista. Se hicieron saliendo a la calle, animándose, arriesgándose. Pero, claro, acá “lo piola” es “quedar en el medio” (o agredir en respuesta a la agresión kirchnerista, claro). Lo piola acá, digo, es quedarse en el molde. De este modo, se logra, como en el caso de la Oliván,  quedar bien con Dios y con el Diablo. Así, María Julia dice cosas “buenas” de Cristina pero en cada frase esconde una crítica: “Generó militancia juvenil después de décadas y armó lío, como diría Vicky Donda.”. Mmm… ¿qué tendrá que ver una con otra? ¿Qué ambas son mujeres? Yo digo que María Julia se olvida de que para Donda, a diferencia de para Fernández, “portarse mal” es igual a pasearse por la playa junto con Prat Gay y mostrar las tetas… Y también, según la Oliván, “llegó el momento de plantear una manera menos confrontativa de hacer política, de generar consensos y subir la bandera de rendición a las dicotomías bipolares.” ¿Será que quiere otra vez estos “ni”, como el títere de De la Rúa, que eludió casi todo hasta hundir el país sin más? ¿O capaz haya que rever a un tal Macri, quien, como estamos en democracia, tiene el derecho de hablar y lo aprovecha dándose el lujo inusitado de criticar a los cuatro vientos el intento de avance en la causa Amia cuando no tiene cara, al haber dicho, hace no tanto, que ponía las manos en el fuego por El Fino Palacios, el tipo vinculado, precisamente, a ennegrecer la causa Amia y sospechado por escuchas telefónicas a familiares? Creo que se pueden decir palabras y frases "muy lindas", pero que el camino no es para nada como dice “la piolada argentina”. Creo que no hay que temerle a las confrontaciones, haciéndose cargo de qué dice cada uno sin echar culpas y tomando una postura, comprometerse con lo que se piensa, incluyendo autocrítica y críticas externas, por supuesto, ¡¡pero no cambiando de postura cada vez o poniéndose en el medio para siempre zafar de cualquier crítica!! A mi entender, estos ideales "piolas" son los que ayudan –en los hechos- a llevar a nuestro país a las ruinas, una y otra vez.