jueves, 30 de abril de 2009

De besar ni hablar

“¿El nuevo novio de Aniston? Noooo... una escena de la nueva comedia de la actriz junto al actor Jason Bateman”. Esto lo vi y lo leí hoy en Lanacion.com. Aunque, sinceramente, la noticia en sí no me importó demasiado. Pero detonó una imagen en mi cabeza que hace una semana me habría parecido el tornillo que faltaba desprendérseme para internarme. Y sin embargo, quizá no esté tan loca. Porque a lo mejor, en un futuro no tan lejano, estas imágenes de besos (en los medios, en la tele, en el cine…) empiecen, poco a poco, a mermar. Debo estar exagerando… Pero la noticia que sí me impactó, sorprendentemente más que, por ejemplo, las que hablan de la cantidad de infectados argentinos por fiebre porcina (o nueva gripe), es que ayer las autoridades de Televisa decidieron suspender la emisión de imágenes en las que los actores se besen o se abracen… ¡¡para advertir sobre el contagio de la enfermedad!! ¿Es n’esario?, habría dicho Méndez hace unos años. Así como para algunos es posible identificar más o menos la época en que salió una película por el modelo de celular, o, incluso, por si se fuma o no, hoy quizá las cosas hayan pasado a otro plano. Respecto del tabaco, creo que Humphrey Bogart habría perdido mucho atractivo sin el chambergo y el cigarrillo en los labios, pero después, por arte de magia, desaparecieron todos los fumadores de la pantalla grande (aunque, al respecto, debo decir que el cigarrillo creo que está, poco a poco, reapareciendo en el cine). Ahora bien (y yendo al grano): qué pasaría si en el futuro identificáramos las películas diciendo cosas tales como: “Ah, no, ésta es de después de 2009, ¿no ves que no hay escenas de besos”. Sí, tengo que estar exagerando.

miércoles, 29 de abril de 2009

Garrotazos de amor

Cazadores por instinto. Así se llamó la última campaña del desodorante Axe, que incluía un juego donde la propuesta era “darles garrotazos a la mayor cantidad de mujeres” para sumar puntos. En cambio, si el garrotazo lo recibía un hombre se restaban puntos. Además, incluía la opción de enviar fotos de mujeres para darles “garrotazos de amor” bajo la consigna: “¿le das o no le das?”. Las quejas por semejante despliegue de misoginia saturaron los canales de “atención al cliente” de Unilever, agitaron una campaña en Facebook y llevaron a tres diputadas nacionales a denunciar en la Cámara del Crimen a la empresa por considerar que esta campaña publicitaria viola la flamante Ley de Protección Integral de las Mujeres contra la Violencia de Género. Quienes escribieron a la empresa, recibieron una carta que anunciaba el levantamiento de la campaña, excusándose con una carta algo inocente que decía, entre otras cosas que “la acción ha sido desarrollada sobre un conjunto de significados y apela a los recursos tradicionales de la publicidad, como son el humor, la exageración, la animación, las situaciones irreales...". El 13 de abril Unilever Argentina retiró del espacio público la acción de internet cuestionada: el nefasto juego, Garrotazos de amor.

martes, 14 de abril de 2009

El tóxico de los campos

Las comunidades indígenas y los movimientos campesinos denuncian desde hace una década los efectos sanitarios de los agrotóxicos sojeros. Pero siempre chocaron con las desmentidas de tres actores de peso, productores (representados en gran parte por la Mesa de Enlace), las grandes empresas del sector y los ámbitos gubernamentales que impulsan el modelo agropecuario. El argumento recurrente es la ausencia de “estudios serios” que demuestren los efectos negativos del herbicida. A trece años de fiebre sojera, por primera vez una investigación científica de laboratorio confirma que el glifosato (químico fundamental de la industria sojera) es altamente tóxico y provoca efectos devastadores en embriones. Así lo determinó el Laboratorio de Embriología Molecular del Conicet-UBA (Facultad de Medicina) que, con dosis hasta 1500 veces inferiores a las utilizadas en las fumigaciones sojeras, comprobó trastornos intestinales y cardíacos, malformaciones y alteraciones neuronales. “Concentraciones ínfimas de glifosato, respecto de las usadas en agricultura, son capaces de producir efectos negativos en la morfología del embrión, sugiriendo la posibilidad de que se estén interfiriendo mecanismos normales del desarrollo embrionario”, subraya el trabajo, que también hace hincapié en la urgente necesidad de limitar el uso del agrotóxico e investigar sus consecuencias en el largo plazo. El herbicida más utilizado a base de glifosato se comercializa bajo el nombre de Roundup, de la compañía Monsanto, líder mundial de los agronegocios. (... leer más en... Página 12)

Por Darío Aranda
(Página 12 - 13/4/09)