aquel consejo torpemente desoído,
aquel espacio, era un espacio privado.
Pero no tuvo ni tendrá la sangre fría,
ni la mente clara y calculadora,
y aún creyendo saber en lo que se metía
abrió una tarde aquella caja de pandora.
Y la obsesión
desencripta lo críptico,
viola lo mágico,
vence a la máquina.
Y tarde o temprano
nada es secreto
en los vericuetos
de la informática.
Leyó a mordiscos en un lapso clandestino,
tragando aquel dolor que se le atragantaba,
sintiendo claramente el riesgo, el desatino
de la pendiente aquella en la que se deslizaba.
Y en tres semanas que parecieron años
perdió las ganas de dormir y cinco kilos,
y en flashbacks de celos aún siguen llegando
las frases que nunca debió haber leído.
Y en esa espiral
la lógica duerme,
lo atávico, al fin,
sale del reposo.
Y no hay contraseña,
prudencia, ni pin
que aguante el embate
de un cracker celoso.
(Jorge Drexler)
1 comentario:
Un grande Jorge sin dudas!
Y tan cierta la canción!
Saludos!
-Lagrima a la vez-
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