Ayer, los líderes de la Mesa de Enlace, durante un acto en la Sociedad Rural, se burlaron del Consejo Económico y Social (“nadie sabe quién es ni para qué sirve”), del Gobierno (“no se dio cuenta de que perdió"), de Scioli y hasta de la oposición (“no se dio cuenta de que ganó”). Que la agrooligarquía argentina desprecie al oficialismo es moneda cotidiana, pero que menoscabe a la oposición, ya es algo nuevo. “Nos decían que les ganemos en las urnas y les ganamos. ¿Que nos queda por ganar? El problema es que nadie de la oposición se hizo cargo. La pelota está picando y hay que agarrarla antes de que la agarren los Kirchner”, dijo el titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, metiéndole presión a los partidos políticos aliados ante un auditorio de productores enfervorizados que se regodeaban con cada crítica al oficialismo y subían la apuesta a los gritos: “Hay que sacarlos”, “que se vayan”, “ladrones”, “tienen que ir presos”, “el viernes hay que ir con el cuchillo bajo el poncho”. Pero la frutilla de la torta llegó después. En alusión a un comentario de Néstor Kirchner durante la campaña electoral, que había tildado a los ruralistas de “hijos de Martínez de Hoz”, Mario Llambías, titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), dijo ayer que él no había sentido esa calificación como una ofensa, porque “Martínez de Hoz fue uno de los fundadores de la Sociedad Rural Argentina y merece el mayor de mis respetos”, en alusión al bisabuelo de José Alfredo, ministro de Economía de la última dictadura militar. Los presentes en la sala agradecieron el gesto con una ovación. ¿Con una ovasión? Ah, bueeh...(Fuente: Página 12)
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