Eduviges entró, exaltada.
-¡Estoy enferma!-, exclamó.
Efectivamente, escupía excrementos.
Esteban, embotado, eludió expedirse.
Ella exhortó, enojada -¡Escúchame! ¡Estoy experimentando endemoniados espasmos estomacales!
-Es el espárrago- estipulo él. Estaba envenenado, evidentemente.
-¡Estúpido! ¡Estabas enterado!
-Estás equivocada.
Eduviges eructó estrepitosamente.
-Estás esparciendo estiércol en el éter–. Esteban escudriñó el entorno.
Estaba enteramente embadurnado en el escatológico elemento.
-Esteban, ¡enviame el especialista en enterología!
Él entró en erección.
-En este estado eres en extremo excitante-, explicó.
Eduviges espectoró en el enduido.
-¡Eso, eso!-, enfervorizó él.
Ella expelió el esófago.
Enseguida expiró.
Entonces, él eyaculó.
(Leo Masliah)
3 comentarios:
muy figurativo...Interesante, aunque final poco feliz :(
.:: M ::.
excelente!
Gracias por los comentarios, opinóloga, y ... """M"""...
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