jueves, 12 de febrero de 2009

Consumiendo celebraciones

Che: ¿este fin de semana qué elegimos: la mala suerte del viernes 13 o el jolgorio de los enamorados del sábado 14 de febrero? En cualquier caso, los estadounidenses han desembarcado definitivamente por estas zonas, eso está claro. Ahora bien, ¿se puede decir algo más? Sí, que el viernes 13 se considera un día de mala suerte en las culturas anglosajonas. Pero en Grecia, España y Latinoamérica, el martes 13 cumple el mismo papel, y en Italia, le toca al viernes 17. Yendo concretamente al número 13, parece que desde la antigüedad fue considerado como de mal augurio: en la Última Cena de Jesús fueron 13 los comensales. La Cábala enumera a 13 espíritus malignos, igual que las leyendas nórdicas. En el Apocalipsis, el capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. Una leyenda escandinava cuenta que, según la misma tradición, en una cena de dioses en el Valhalla, Loki, el espíritu del mal, era el 13° invitado. En el Tarot, el 13 hace referencia a la muerte. Y además, muchos hoteles en el mundo no tienen piso 13, saltan al 14… directamente. Pero si vamos a “lo lindo”, el Día de San Valentín es una celebración en la que los enamorados, novios o esposos expresan su amor o cariño mutuamente. Se celebra el 14 de febrero, onomástico de San Valentín, hoy en día, mediante el intercambio de notas de amor conocidas como «valentines», con símbolos, como la forma del corazón o la de Cupido. Algunos dicen que el Valentín relacionado con el amor es el Valentín de Roma. Otros dicen que es el San Valentín de Terni. Pero lo que sí parece seguro es que el Día de San Valentín es típicamente occidental, pues se remonta a la Antigua Grecia y a Roma. De cualquier manera, el moderno Día de San Valentín fue llevado por los británicos a Estados Unidos en el siglo XIX. Y enseguida, como era de esperarse, toda la parafernalia púrpura-comercial, tan del gusto yanqui, se puso en acción. Por estas pampas, también estamos en esa, hace tiempo. Acá sirve (si estás con alguien y tenés ganas de festejar esta celebración, por supuesto) para gastar plata, no sólo mandando postales, sino también comprando toda suerte de regalitos inútiles, saliendo a cenar a algún lugar especial con el enamorado, esposa o peor es nada; o, si no, simplemente para caer en la más baja cursilería y envolverle el regalo al resignado destinatario en papel brilloso con corazones rojos y un peluche adentro que tenga un cartelito que diga: “I love you forever and ever”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué se yo... a mí esto de las celebraciones comerciales gringas me tiene un poco harto... cuando yo era chico, allá en la prehistoria, el día de regalos a los chicos era Reyes y, en bastante menor medida, Navidad... amén del más laico y siempre comercial día del niño (este creo que era un curro razonablemente nuestro, perpetrado por el rubro de los jugueteros)... de hecho, el día del niño era el primer domingo de agosto y fue mudado al segundo (creo) hace unos años cuando dejó de ser costumbre cobrar el sueldo a fin de mes, cosa que la compra de los regalos agarrara a los padres con algo de guita en el bolsillo.

El día del padre y de la madre también siempre (o desde que yo era chico) era un curro similar al del día del niño, comercial, laico y nuestro

Después llegó la globalización y Navidad con toda su parafernalia CocaCola poco menos que desterró a los Reyes... comenzó la carrera por el arbolito más grande, las bolas más brillantes y los regalos más caros

Pero aparentemente no alcanzó y desde hace unos años tenés que ser un desamorado para no comprarle a dos semanas de iniciado el mes de febrero un tremendo ramo de rosas a tu cónyuge/novio/a/pareja circunstancial/alegre concubino (¿notaron como se encarecen las flores esta semana, la semana del 21 de septiembre y la del 4 de septiembre?)... para esta época también suben los bombones, pero son un arma de doble filo ("¿¿vos querés que yo quede hecha un cerdo??").

Otra novedad gringa de los últimos años es Halloween... ahora, para el 31 de octubre en lugar de esperar con recogimiento el catolicísimo día de todos los santos, tenemos que gastar guita o ingenio en disfrazar a los pibes, llenarlos de golosinas y enviarlos puerta por puerta en pagano aquelarre con el infame "Trick or treat?".

La que me espero para este noviembre o el próximo va a ser Thanksgiving (a veces traducido como el día de acción de gracias) en el que los desdendientes de los peregrinos ingleses agradeceremos a los descendientes de los indios (norteamericanos) por habernos dado cobijo y alimento a nuestra llegada (y poco después les quitaremos sus tierras, mataremos a su ganado y violaremos a sus mujeres... hermano, mejor no me des las gracias y tomate el barco de regreso)

Se abren las apuestas... ¿cuándo se empieza a festejar Thanksgiving acá?... ya que estamos, podríamos rebautizarnos... ¿qué onda U.S.A.? Es la sigla prefecta: United States of Argentina...

Anónimo dijo...

Y como si esto fuera poco... a mí el viernes 13 no me preocupa... yo no soy supersticioso... porque me trae mala suerte :-P

Ave Larga dijo...

Bue-níssimo! Dale! Yo digo que para el 2010 ya estamos con el Thanksgiving acá. Vayamos mientras instruyéndonos sobre qué hay que hacer, qué hay que comer y qué hay que regalar esos días, eh!!! Ah! Y voto por "el día del hijo" porque... ¿por qué no se nos regala nada a los pobres de nosotros, los hijos... que hace más de 100 años que no somos niños?