viernes, 14 de noviembre de 2008

Mi veto no es positivo

Y ocurrió nomás... Tabaré Vázquez vetó la ley integral de salud sexual y reproductiva, impulsada por su propio partido, el Frente Amplio. Pero no sólo se puso en contra de los suyos, también de la mayoría de los uruguayos: el 57 por ciento aprueba el aborto. De nada sirve... Para revertir el veto, se requerirían tres quintos de los votos de cada una de las cámaras reunidas en Asamblea General, y el oficialista Frente Amplio no lograría reunirlos. Algunos legisladores del partido oficialista anunciaron que insistirán en la próxima legislatura, en 2010. Pero Tabaré Vázquez logró algo insólito: la celebración de su decisión por parte del ex presidente Luis Alberto Lacalle, actual precandidato opositor. La de Tabaré, que además de presidente es médico, no parece ser una decisión en torno a la salud, más bien parecería responder a su simpatía con la rama más dura del catolicismo: el veto se dio en el marco de fuertes presiones de la Iglesia católica, que había anunciado que negaría la eucaristía a los legisladores que aprobaran legalizar el aborto, y que serían excomulgados quienes intervinieran directamente en la interrupción de un embarazo. Lo que parecen no saber todos ellos es que las consecuencias de abortos inseguros, realizados en malas condiciones sanitarias, son la principal causa de muerte materna en Uruguay, igual que en Argentina. Y seguirá entonces todo como siempre: las que tienen plata abortarán en buenos lugares, las que no, que se jodan...

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